
“Seré en tu vida lo mejor
De la neblina del ayer
Cuando me llegues a olvidar
Como es mejor el verso aquel
Que no podemos recordar”.
Homero Expósito
La memoria funciona como la visión en una tormenta durante una noche sin electricidad. Llueve y no ves nada. Ruido blanco y ceguera. La sala de tu casa está llena de mementos de tu pasado: el cuadro, el bastón, el sofá, el cenicero. Cada objeto tiene una expresión inmaterial y agotadora que no te deja pensar. La trampa más grande de la conciencia es la creencia de que recordar y pensar es lo mismo. Pero el recuerdo es un acto contemplativo, mientras el pensamiento es un ejercicio de creación. En lo oscuro, sin nada que te distraiga, sin la imagen de mementos, piensas. La memoria es dedicarnos a mirar todo lo que tenemos, pero la creación es un acto de privación de los sentidos.
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